Llamamos Mecanismos de Interrupción del Ciclo de satisfacción de necesidades a las maneras que tenemos de bloquear el flujo natural en el ciclo de necesidades del organismo: el proceso que transcurre desde que notamos una necesidad hasta que la satisfacemos y pasamos a otra. Conocer dichos mecanismos nos va a proporcionar mucha información acerca de cómo actuar para sentirnos mejor.
Parte del trabajo del Psicólogo consiste en ofrecer técnicas de la Terapia Gestalt para ayudar al cliente a identificar y modificar las interrupciones de sus deseos, para así poder fluir hacia lo que necesita de verdad y cerrar los asuntos pendientes mejor.
Principales Mecanismos de Interrupción del Ciclo:
Desensibilización
Como su propio nombre indica con este mecanismo lo que hacemos es apartar una sensación de nuestra conciencia para «no sentirla». Con esta actitud pretendemos conseguir que nos deje de doler o molestar algo que no estamos gestionando de manera adecuada. Esto nos puede servir cuando no podemos abordar ahora este dolor o malestar.
Por ejemplo, estoy en el bosque, me pierdo, hace frio y empieza a llover. Empiezo a sentir frio. Mando esa sensación al fondo de mi conciencia y me concentro en buscar la salida.
Sin embargo, esta práctica se convierte en un problema cuando la utilizamos habitualmente como una herramienta para resolver nuestras dificultades. De esta forma dejamos de percibir información valiosa, ya que nos desconectamos de lo que sentimos, y por tanto, de lo que necesitamos.
Por ejemplo, cuando ya no presto atención a lo que me ocurre puedo dejar de sentir la espalda contracturada porque tengo que trabajar muy rápido. Me desconecto de que necesito hacer algo al respecto a la forma en que trabajo.
Todas las emociones y sensaciones tienen un sentido, nos aportan información y una dirección en nuestro comportamiento. Entonces… ¿por qué nos ocurre la desensibilización? Probablemente cuando éramos pequeños aprendimos a reprimir alguna emoción o necesidad concreta porque no nos la «condenaban» repetidamente, y sin darnos cuenta aprendimos a ignorarla o dejarla de sentir.
Por ejemplo si nos decían mucho que “los chicos no lloran” al final cuando nos sentíamos tristes cerrábamos nuestra garganta y con ello las ganas de llorar, frenando nuestra emoción y posibles caminos de expresión o liberación.
Por tanto, para sentirnos mejor necesitamos recuperar lo que sentimos y vivirlo como algo nuestro, algo que nos pertenece, algo valioso para nosotros/as que nos sirve para estar conectados con lo que queremos y deseamos legítimamente.
Introyección
En Terapia Gestalt los «introyectos» son pautas educativas, normas o mandatos que nos han inculcado otras personas. Se llaman así porque hemos “introyectado” (o introducido en nuestro interior) esos valores externos como si fueran nuestros cuando, en realidad, son las voces, gustos, ideas, valores o exigencias de otras personas.
Cuando somos niños/as estas pautas sirven para guiarnos y aprender a manejarnos por la vida. Muchas de estas enseñanzas nos han servido y las hemos integrado. Sin embargo, empiezan a convertirse en un «introyecto» y en un problema cuando no estamos de acuerdo con dichos aprendizajes, no nos damos cuenta de que no es nuestra propia voz y les hacemos mucho caso de forma rígida. Entonces entramos en conflicto entre lo que nos dijeron que debíamos y lo que deseamos hacer, entre lo que querían nuestros educadores y lo que queremos nosotros/as.
Por ejemplo, voy por la calle y me apetece comerme unos regalices. Oigo la voz de mi madre que dice “comer chucherías es de niños pequeños” y entonces no me los como.
En esta fase podemos sentir nuestro deseo, pero el introyecto nos indica un camino a seguir y una valoración moral distinta a lo que nosotros/as preferimos de verdad, por eso se convierten en un problema. Podemos decir que cuando introyectamos hacemos nuestras preferencias que no lo son, ya que percibimos una parte del exterior (esas ideas y mandatos) como algo nuestro. Por tanto, para gestionar mejor nuestros introyectos necesitamos procesarlos, cuestionarlos, examinarlos y decidir lo que nos sirve y lo que no, con lo que nos queremos quedar y lo que queremos soltar.
Proyección
Proyectar es creer erróneamente que lo que nosotros sentimos, pensamos o hacemos lo ha sentido, pensado o hecho otra persona. En Terapia Gestalt denominamos a este mecanismo «proyección» porque funciona igual que un proyector de diapositivas: la imagen de la diapositiva la vemos proyectada en un lienzo fuera, pero en realidad su origen está dentro del aparato proyector. Aunque nos pueda parecer increíble, esto sucede más a menudo de lo que pudiéramos creer.
Por ejemplo: quedo con un amigo, no tengo ganas de verle porque estoy enfadado con él, entonces sin darme cuenta le pongo mala cara y le trato mal. Mi amigo decide irse y yo lo que percibo de la situación es: “¿Que le pasa conmigo?¿Estará enfadado?.
Aquí ocurre al contrario que en la introyección, cuando proyecto creo que algo que es mío pertenece al exterior. Esto se convierte en un problema porque de esta forma no puedo responsabilizarme de ello. Por tanto no veo mi poder para modificar la situación si me siento mal o si me causa problemas con alguien porque estoy responsabilizando a otra persona de algo que hago yo.
Para resolver mejor la situación necesito «recuperar mis proyecciones», es decir, darme cuenta de que eso que percibo fuera en realidad está en mi, ya que si no no me puedo hacer cargo de lo que necesito realmente. Si no lo hacemos así nos quedaremos en un discurso vacío porque estaremos desconectados/as de lo que nos pasa realmente, encaminándonos así hacia acciones que están mal enfocadas.
Retroflexión
Retroflectar es hacerse a uno mismo lo que queremos hacer a otros. O hacer a otros lo que le gustaría que le hicieran a uno. La palabra procede del vocablo latino: retro, que significa hacia atrás.
Por ejemplo, estoy enfadado con mi madre y para fastidiarla no me como su cena….me fastidio a mi mismo porque tengo ganas de fastidiarla a él! En este caso, a diferencia de en los mecanismos anteriores si realizamos una acción, pero la dirección de la misma no está bien enfocada y la energía se queda en uno mismo/a.
Para gestionar mejor la situación necesitamos identificar la fuente original de nuestro sentir y dirigir la acción hacia ella de una manera más consciente y elegida. Por ejemplo hablar con mi madre acerca de el enfado que siento hacia ella. De esta forma liberaremos la «energía» y además dejaremos de hacernos daño a nosotros mismos/as.
Deflexión
La Deflexión es una desviación del contacto directo: nos desviamos del lugar o persona a la que realmente querríamos dirigirnos con nuestra acción. Parece que estamos haciendo contacto con lo que necesitamos de verdad, pero en realidad no es así y nos engañamos a nosotros mismos/as diciéndonos que si lo hemos hecho. Así funcionamos a veces los humanos jejeje.
Por ejemplo: “me doy cuenta de que me apetece quedar con alguien». En el fondo me apetece quedar con Susana, pero no me atrevo a llamarla porque me da vergüenza. En realidad llamo a Luis, sin tomar mucha conciencia de que he evitado llamar a Susana. Sigo sintiendo por dentro las ganas de llamarla, pero lo niego y me digo a mi mismo que «ya he quedado con alguien que es lo que me apetecía”.
Al igual que en la Retroflexión, en la Deflexión ya estoy actuando, pero mi acción sigue sin estar bien dirigida porque estoy bloqueando la legitimidad de mi verdadera necesidad (llamar a Susana). Por tanto, para sentirme mejor necesito identificar mi deseo correctamente y permitirme realizar la acción que necesito.
Confluencia
La última fase del ciclo de autorregulación del organismo es la Retirada. La confluencia impide esta etapa porque nos quedamos «pegados» en el contacto y no nos separamos. Nos fusionamos con el otro o con el objeto y perdemos nuestra identidad. Ya no sé si soy yo o el otro.
Por ejemplo: “Quedo con mi amigo Pedro. Llega un momento en que estoy cansado y quiero irme ya pero no me atrevo porque pienso que le voy a dejar tirado y decido quedarme”.
Si utilizo este mecanismo no me permito separarme cuando ya he recibido todo lo que necesitaba, y no dejo espacio para que surja algo nuevo.
Ciclo de satisfacción de necesidades
Haz click si quieres saber cómo funciona el ciclo de satisfacción de necesidades para comprender qué deseos estamos interrumpiendo con los mecanismos que hemos visto arriba…